Un cura de pueblo comenta las primeras lecturas del tiempo ordinario.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Lectura de los libros de los Macabeos

Semana XXXIII
Lunes
I, 1, 10-15.41-43.54-57.62-64
Nos quedan dos semanitas antes del Adviento. Toca leer el primer libro de los Macabeos y la profecía de Daniel.
El primer libro de los Macabeos nos habla de una gran rebelión. Tenemos que viajar al siglo segundo antes de Cristo. Los israelitas viven sometidos al rey de Siria que se llama Antíoco Epífanes. ¿Qué haríamos nosotros si quisieran cambiarnos las Navidades por Halloween? ¿Qué haríamos si, como ha ocurrido muchas veces a lo largo de la Historia, quisieran hacernos olvidar nuestra religión?
Cuando Antíoco Epífanes mandó quemar los libros sagrados y construyó un gimnasio en Jerusalén a muchos israelitas les pareció bien. Pero otros se rebelaron. El primer libro de los Macabeos nos habla de esa gran rebelión y nos dice que no podemos conformarnos con la injusticia, ni con la estupidez.
Martes
II, 6, 18-31
Del segundo libro de los Macabeos se han seleccionado dos relatos de martirios. Antíoco Epífanes había dedicado el Templo de Jerusalén a Zeus Olímpico, había abolido las fiestas de Israel, había prohibido la circuncisión y perseguía a quienes seguían observando las costumbres religiosas. Eleazar se mantiene firme por respeto a ley de Dios y por dejar un ejemplo de fidelidad a los más jóvenes: ejemplo memorable de heroísmo y de virtud. Al mismo tiempo da este testimonio: aguanto en mi cuerpo los crueles dolores de la flagelación, y los sufro con gusto en mi alma, por respeto a Él. El alma puede alegrarse y abrazar libremente, con gusto, ese dolor por amor a algo que es más grande.

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